La prensa la llamó pronto “la nueva J.K. Rowling” —la autora de Harry Potter—, porque con su saga Crepúsculo, Stephenie Meyer consiguió atrapar la atención de millares de adolescentes que antes habían sido cautivados por el niño mago y que ahora vivían en medio de la historia de amor y vampiros que desarrolló la escritora nacida el 24 de diciembre de 1973 en Connecticut, Estados Unidos.
La mujer de 36 años y madre de tres hijos llevaba una vida convencional como ama de casa y practicante mormona de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, en Phoenix, hasta que se descubrió, sin imaginarlo, como la creadora de un nuevo fenómeno de la literatura juvenil que ha contado a través de cuatro libros. Las novelas que se han publicado en varios idiomas relatan la historia de amor entre un vampiro y una mortal.
Aunque la afamada escritora ha desarrollado su historia a lo largo de Crepúsculo, Luna Nueva, Eclipse y Amanecer, que son verdaderas historias de amor llenas de pasión y ha alcanzado un éxito envidiado por muchos, su vida sigue siendo normal como cuenta en su página oficial http://www.stepheniemeyer.com/, donde asegura que le gusta que la consideren una vaquera.
La creadora de la tetralogía que se ha publicado en varios países, cuenta también que acudió a un instituto donde las chicas se operaban la nariz y dejaban coches caros en la puerta. Y sin embargo, ella no tuvo un automóvil hasta los 20 años y siempre se consideró una chica normal que pasados los años sintió una gran atracción por la literatura, tanto que la llevó a estudiar Literatura Inglesa en la Universidad Brigham Young en Utah.
Aunque con estudios literarios hechos, a la narradora no le interesó escribir hasta pasado mucho tiempo y cuando comenzó a hacerlo lo asumió como el sueño que tuvo el 2 de junio de 2003 y que dio lugar a la historia que ha sido llevada al cine y que ella misma relata en el capítulo 12 de Crepúsculo, donde hace la transcripción del sueño que dio origen a la saga que ha vendido 42 millones de ejemplares en todo el mundo.
La narradora ha dicho: “Me gusta vivir en mi imaginación cosas que no suceden en la realidad”. Y esa parece ser la tesis de Stephenie Meyer, con la que comenzó a escribir su historia en letras de oro en 2005, cuando aparecería en las librerías su primer libro editado por Brown and Company.
Luego de la buena recepción de su libro Crepúsculo, llegó la secuela Luna nueva que salió a la venta en agosto de 2006. Un año después, la escritora lanzó el tercer título de la serie, Eclipse y el cuarto, Amanecer, apareció el 2 de agosto del 2008 cuando ya Stephenie Meyer era una celebridad internacional y declaró que tenía planes para escribir, al menos, un libro más del mismo tipo, que podría titularse Sol de medianoche.
Sin embargo no ha aparecido porque lo suspendió indefinidamente debido a que “alguien” distribuyó de manera ilegal los primeros 12 capítulos de esa historia en la que Edward el vampiro seductor narraba la historia.
Tras esa saga, a la que han seguido su novela La huésped, la narradora Stephenie Meyer se ha consolidado como una autora de imaginación extraordinaria pero vida convencional que se modificó un poco con el éxito y las múltiples entrevistas en las que contaba como es que ella había inventado el diagrama de la historia durante el día entre las ocupaciones hogareñas.
El éxito de la historia está en el amor más que en los vampiros, sin embargo Edward, el protagonista junto con Isabella, le da el toque sensual. Se trata de un ser profundamente romántico y extraordinariamente misterioso, que lucha entre controlar sus instintos y satisfacer sus deseos.
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