De cara al estreno de "Crepúsculo" en Japón, último gran mercado que le queda por conquistar a la cinta de Catherine Hardwicke, Robert Pattinson se encuentra en Tokio, a donde voló tras participar en la última gala de los Oscars de Hollywood. La de este viernes será previsiblemente la última comparecencia pública del actor británico ante sus fans antes de enfrascarse en Vancouver en el rodaje de "La saga Crepúsculo: Luna Nueva".
Las novelas de Stephenie Meyer son populares entre los jóvenes nipones, y a pesar de la discreción con la que los distribuidores locales llevaron el tema, decenas de "fans" del "Ed Cullen" cinematográfico le esperaban el martes a su llegada al aeropuerto internacional de Narita, tras más de 10 horas de vuelo desde la meca del cine.
Mientras se sabía que los también populares entre las jovencitas Jonas Brothers se declaraban seguidores de la saga vampírica y dispuestos a componer algún tema para la banda sonora de "Luna Nueva" o la tercera entrega, "Eclipse", que se estrenará el 30 de junio del año próximo, apurando aún más los plazos entre la primera y la segunda parte, Pattinson pudo entretenerse en el viaje leyendo sobre la estela de su paso por la ceremonia de los Oscars y sus posteriores fiestas.
Por otro lado, los productores de la modesta película británica "Litle ashes / ¡Al límite!", presentada el año pasado en algunos festivales, entre ellos la española Semana de Cine de Valladolid, han decidido retrasar el estreno comercial, para dar tiempo a Robert, quien incorpora al pintor catalán Salvador Dalí, a que participe en la promoción tras filmar la segunda entrega de la saga crepuscular. Y es que el joven actor británico se ha convertido en una mina de oro de la que todos quieren sacar algo...
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